Levante
I
Surge Levante de la huerta prieta,
mollar, madura y parda. Despereza,
como semilla germinal secreta,
sobre el lomo en sazón de su corteza.Y brinca el alma-luz en una grieta
sensitiva y carnal. Y su tibieza
preña de sol la tierra, que se aquieta
bajo el peso feraz de su riqueza.Sueña al atardecer raros antojos
y en el bronce cristiano de los sones
del ángelus, hiere de luz los ojos.
Corre libre la sangre a borbotones.
La tiñen de amarillo los rastrojos
y la fragante piel de los limones.
II
Junto al naranjo trenza la palmera
el moño de sus palmas cara al cielo.
¡Qué algazara de pájaros en vuelo
hay desde el naranjo a la sementera!
Al fondo, el mar sueña con la pradera
verde de trigo y cáñamo. Su celo
se retrata de alburas en el velo
de la gasa de espuma marinera.
Inclina el sol la sed en un ribazo
para saciarla en el cristal brillante
del riachuelo. Fusionando en abrazo
luz, cielo, tierra y mar reverberante.
Y surge amanecido del bagazo
el paisaje inconsútil de Levante.
III
…Y el mar se hizo. ¡El mar! Ala y retozo
de ángeles desnudos sorprendidos.
Un rescoldo de cielos renacidos
del primer parto, plagio del esbozo.
Un milagro de luz, un alborozo
de trigales tempranos frutecidos.
Un isócrono canto de latidos
del corazón del agua: sal y gozo.
Y se hizo el mar presencia, acento, cumbre,
enjundia palpitante del paisaje.
Y les creció a las bocas en mensaje
de frescores y aguas, no de lumbre.
Verde-limón, turquí, lila-geranio…
Tres colores y luz: Mediterráneo.
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